jueves, 2 de marzo de 2017

Pie Diabetico parte 2

La mala circulación (flujo sanguíneo) puede hacer que disminuya la capacidad del pie de combatir la infección y de que sane. La diabetes hace que los vasos sanguíneos del pie y la pierna se vuelvan más angostos y duros. Usted puede controlar algunas de las causas de la mala circulación. No fume; esto hace que las arterias se endurezcan más rápido. Además, siga las recomendaciones de su proveedor de atención médica sobre mantener bajo control la presión y el colesterol. 

Quizá sienta frío en los pies y le provoque calentárselos. Desafortunadamente, si no puede sentir el calor en los pies, es fácil quemárselos con agua caliente o con botellas o bolsas de agua caliente. La mejor manera de calentarse los pies es ponerse medias abrigadoras.
Algunas personas sienten dolor en las pantorrillas cuando caminan rápido o en una superficie dura, o suben una cuesta. Esto se llama claudicación intermitente. Lo más probable es que se le vaya el dolor si se detiene a descansar unos minutos. Si tiene estos síntomas, debe dejar de fumar. Con la ayuda de su proveedor de atención médica, ponga en práctica un plan de caminatas. Algunas personas toman medicamentos que las ayudan a mejorar la circulación.



El ejercicio es bueno para la mala circulación. Estimula el flujo sanguíneo en los pies y piernas. Cuando camine use zapatos resistentes, cómodos y que le queden bien, pero no
 camine cuando tenga llagas abiertas. 

Las personas con diabetes tienen probabilidades mucho más altas que otras personas de que se les ampute un pie o pierna. ¿Cuál es el problema? Muchas personas con diabetes tienen enfermedad arterial periférica, que reduce el flujo sanguíneo a los pies. Además, muchas personas con diabetes tienen neuropatía, que reduce la sensación. Estos problemas en conjunto pueden hacer que le salgan llagas y que se infecten más fácilmente, lo que puede llevar a una amputación. En la mayoría de los casos, es posible prevenir las amputaciones con atención frecuente y calzado adecuado. 

Por estos motivos, cuídese mucho los pies y acuda a su proveedor de atención médica de inmediato si tiene problemas de pies. Pregunte si Medicare u otros seguros pagan zapatos ortopédicos. Siempre siga las recomendaciones de su proveedor de atención médica sobre el cuidado de llagas y otros problemas de los pies.
Una de las mayores amenazas para los pies es fumar, pues afecta los vasos sanguíneos más pequeños. Esto puede disminuir la circulación a los pies y hacer que las llagas tarden en curar. Muchas personas con diabetes que requieren amputaciones son fumadores.

La pérdida de sensación a menudo significa que es posible que no sienta una lesión en los pies. Tal vez tenga una tachuela o piedra en el zapato y camine todo el día con ella sin darse cuenta. Puede que le salga una ampolla y no lo sepa. Quizá no note una lesión en el pie hasta que tenga una lesión e infección de la piel.
El daño a los nervios también puede causar cambios en la forma de los pies y dedos. Si tiene deformidades en los pies o dedos, pregúntele a su proveedor de atención médica sobre zapatos terapéuticos en vez de forzarlos en zapatos regulares.

La pérdida de vida o extremidades es una preocupación real para los diabéticos que tienen una infección grave. Los médicos y pacientes trabajan en conjunto para decidir las mejores opciones para tratar la infección, prevenir la pérdida de extremidades y lograr que el paciente mejore lo más pronto posible.
La amputación es una complicación que, de ser posible, tanto pacientes como médicos se esfuerzan por evitar. Se calcula que cerca del 85 por ciento de las amputaciones son prevenibles mediante la educación y la intervención temprana. La amputación no siempre debe verse como un fracaso del tratamiento, sino como un medio de rehabilitación más rápido y confiable para poder regresar a las actividades de la vida diaria. La cirugía puede ser la mejor manera de controlar una infección grave que podría necesitar una amputación más traumática en el futuro o que, de otra manera, podría resultar fatal para el paciente.  Después de someterse a una amputación, los pacientes suelen experimentar una mejoría en su salud general debido a que una infección grave ha sido solucionada.
La amputación no siempre implica la pérdida de todo el pie o toda la pierna. Las intervenciones quirúrgicas se realizan en diferentes niveles, incluyendo amputaciones parciales de dedos, amputaciones parciales de pie o amputaciones por debajo de la rodilla. Un cirujano de pie y tobillo realizará una evaluación completa y determinará cuál es el mejor método para que el paciente inicie su recuperación.

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