martes, 28 de febrero de 2017

El cirujano 'maleducado' tiene mayor riesgo de complicaciones

Un estudio sobre más de 32.000 pacientes de siete hospitales revela que los cirujanos que generan un mayor número de quejas por trato irrespetuoso al paciente o sus familiares tienen un mayor riesgo de complicaciones quirúrgicas.
El estudio, liderado desde el Centro Médico de la Universidad Vanderbilt (VUMC, por sus siglas en inglés), en Nashville (Tennessee), y publicado en el último número de JAMA Surgery, analizó las quejas presentadas al Servicio de Atención al Paciente en los dos años previos a las intervenciones y las comparó con complicaciones aparecidas hasta treinta días después de estas. El resultado es llamativo: entre los facultativos percibidos como respetuosos y los que hacen gala de un trato abrupto o grosero hay una diferencia de un 14% en incidencias posquirúrgicas de todo tipo, desde infecciones a neumonía, pasando por ictus, problemas cardiovasculares o tromboembólicos, sepsi e infecciones del tracto urinario.
William Cooper, epidemiólogo, catedrático de pediatría y autor principal del estudio. (DM)

"En Vanderbilt llevamos dos décadas investigando sobre reclamaciones de los pacientes y sabemos que los médicos con una tasa de reclamaciones por descortesía mayor que la media tiene mayor número de demandas. Con este estudio confirmamos nuestra sospecha: una incidencia posquirúrgica que cae sobre una relación médico-paciente previamente tensa es más fácil que acabe en demanda judicial", ha comentado William Cooper, epidemiólogo, catedrático de pediatría y autor principal del estudio.
El asunto tiene dos vertientes que preocupan a los autores. Por un lado, no todas las complicaciones son estrictamente quirúrgicas, pero también las incidencias médicas son más frecuentes en pacientes con cirujanos bordes, como si estos contagiaran el problema al resto del equipo.
Por otro, las consecuencias en términos presupuestarios son realmente altas. "Aunque hablamos de solo un 14% de diferencia en el número de complicaciones entre el cirujano más impertinente y el más afable, si lo trasladamos a las 27 millones de intervenciones que cada año se practican en Estados Unidos estaríamos hablando de 350.000 infecciones y otro tipo de efectos adversos que se evitan cuando los miembros de un equipo trabajan bien entre sí", ha indicado Gerald Hickson, vicepresidente senior de Calidad, Seguridad y Prevención de Riesgos en VUMC. En un cálculo conservador, ha indicado Hickson, "el coste de estas complicaciones quirúrgicas que no deberían estar ahí excede los 3.000 millones de dólares anuales".
¿Tiene sentido que los malos modos de un cirujano puedan afectar a la competencia clínica de los miembros del equipo? Hickson no alberga la menor duda: "Si el cirujano es borde con el anestesista, este reducirá la comunicación al mínimo la próxima vez que trabajen juntos; si una enfermera ve que sus avisos para adoptar una medida de seguridad son sistemáticamente ignorados, probablemente acabe siendo reacia a enunciar en voz alta su sospecha de una complicación ante los primeros indicios de esta".
Fuente: Diario Medico

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