domingo, 26 de febrero de 2017

Cómo estimular el cerebro infantil

El cerebro infantil
Al nacer, todos los órganos de sus bebés –el corazón, los pulmones, los riñones– están completamente desarrollados. Sólo son de menor tamaño que los órganos de los adultos. Con una sola excepción: el cerebro. El cerebro se fortalece a sí mismo ¿Podrían imaginarse vivir en un país en que cada casa tiene teléfono, pero sólo algunos de ellos cuentan con cables para conectarlos? El sistema telefónico no funcionaría. Esta situación es similar al cerebro de sus hijos al nacer.
¡Entre la sexta semana y el quinto mes de embarazo, en el cerebro de un bebé se desarrollan aproximadamente 100 mil millones de células cerebrales! Algunas de estas células cerebrales se encuentran conectadas al nacer, pero la mayoría no lo está. Precisamente, durante los primeros cinco años de vida, el cerebro infantil hace un gran esfuerzo para establecer dichas conexiones cerebrales.
¿Ustedes han visto alguna vez lo que sucede al caminar una y otra vez y en la misma dirección en la nieve profunda o en hierba alta? Se forma un sendero. Algo parecido ocurre a medida que el cerebro se desarrolla. Cada vez que sus bebés usan uno de sus sentidos –la vista, el gusto, el tacto, el oído y el olfato– se crea una nueva conexión o sendero. Si un niño tiene diversas clases de experiencias y dichas experiencias se repiten una y otra vez, más se fortalecen las conexiones cerebrales. De estas conexiones depende la manera en que sus hijos piensan, sienten, se comportan y aprenden.
En los primeros tres años el cerebro habrá hecho muchas más conexiones de las que necesitará en toda la vida. Tal como cuando ustedes le cortan las ramas a un árbol para que se fortalezcan las raíces, el cerebro elimina las conexiones que no se usan con regularidad. Esta eliminación de las conexiones inutilizadas continúa de tal forma que sólo se mantienen las conexiones importantes.
Las oportunidades existentes
Los científicos han concluido que hay períodos en los que ciertas partes del cerebro pueden incorporar información nueva con mayor facilidad que en otros. Estos períodos son llamados las oportunidades existentes y se conciben como “puertas” que se abren durante los primeros años de vida y luego se cierran completamente. Por ejemplo, las conexiones cerebrales para poder ver deben tener lugar durante los primeros tres o cuatro meses de vida de todo niño. Si no tienen lugar durante este tiempo, se pierden para siempre. Lo que significa que, en dicho caso, el niño nunca podrá ver.
Otras de estas puertas podrán permanecer abiertas por más tiempo, pero sin lugar a dudas, el aprendizaje es más fácil en ciertos períodos. Los científicos se refieren a esto como períodos críticos. Por ejemplo, los primeros cinco años constituyen el “tiempo óptimo” para adquirir el lenguaje. Sin embargo, esto, no quiere decir que los niños aprendan todo lo que se requiere sobre el lenguaje en dichos cinco años, ya que el aprendizaje continúa teniendo lugar durante toda la vida. Aunque el completo crecimiento y desarrollo del cerebro infantil requiere de unos 15-20 años, es más fácil aprender en ciertos momentos que en otros.
La nutrición cerebral
Lo más importante para ustedes es saber que ¡realmente se puede hacer una diferencia para estimular el cerebro de los pequeños! Al hablarles o leerles a sus hijos, jugar con ellos, cantarles, tocarlos y nutrirlos con alimentos saludables y amor, ustedes están “nutriendo” ese fundamental órgano: el cerebro. Todos los niños necesitan de la clase de experiencias descritas en esta guía para ayudarles a crecer y desarrollarse de manera sana. Si alguno de sus hijos nace prematuramente o tiene alguna incapacidad, es sumamente importante ofrecerle experiencias que lo nutran cerebralmente. Hablen con un proveedor de servicios de salud para obtener ideas que les ayuden a ustedes a ayudarle a sus pequeños.
Antes del nacimiento
El cerebro comienza a desarrollarse desde el momento de la concepción. Para ayudarle a las células cerebrales de sus bebés –los cien mil millones de ellas– a mantenerse saludables y a estar listas para hacer su trabajo, es preciso cuidarse durante el embarazo. Cuidarse fortalece el cerebro de sus bebés.
Durante el embarazo, ustedes contribuyen a un desarrollo sano del cerebro infantil al:
• comer alimentos saludables como vegetales, frutas, granos y productos lácteos
• hacer ejercicio diariamente: caminar todos los días es bueno para ustedes y sus bebés
• visitar regularmente a un proveedor de servicios de salud: pregunten sobre el consumo de vitaminas
• obtener ayuda si se siente demasiada tensión: los pequeños necesitan un ambiente tranquilo
Estas cuatro actividades contribuyen a que sus bebés desarrollen un cerebro sano.
Además, hay varias cosas que definitivamente no deben hacerse durante el embarazo, pues el cerebro de un bebé que aún no ha nacido puede ser afectado, si la madre:
• consume bebidas alcohólicas
• usa drogas como marihuana
• fuma cigarrillos o cocaína
Evitar lo anterior durante el embarazo contribuye a proteger el cerebro infantil.
Ese hijo que aún no ha nacido ya les conoce
Este es el dato más sorprendente de todos. ¡Su bebé –incluso sin haber nacido– ya les está conociendo! Al sentirlo moverse, traten de acariciar su abdomen. Su hijo jugará con ustedes a “las escondidas” al alejarse de sus manos. Háblenles a sus bebés aunque aún no hayan nacido. Al principio, podrá parecerles extraño, pero sus bebés pueden escuchar su voz.
Elijan una canción que les guste y cántenla diariamente durante el embarazo. Ustedes verán que después de nacer, los bebés reconocen, entre otras voces, la voz del padre o de la madre. Cántenles la canción que les hayan cantado antes de nacer y verán cómo los bebés la escuchan y hasta se tranquilizan. La estimulación del cerebro infantil comienza mucho antes de nacer. De la misma forma, la relación entre ustedes y su bebé comienza antes del nacimiento.
El contacto físico con sus hijos
Algo fundamental para los pequeños es ser cargados y acariciados. Sin embargo, ¿sabían ustedes que el sentido del tacto es de gran importancia para el desarrollo cerebral de sus bebés?
Lo que saben los científicos
Cada vez que ustedes tocan con suavidad a sus pequeños, se envía un mensaje al cerebro y se realiza una conexión entre las células cerebrales. Dichas conexiones entre las células cerebrales les permiten a sus bebés hablar, ver, sentir, moverse y aprender.
Cuando ustedes tocan a sus hijos recién nacidos, ellos aprenden que son amados y deseados. Varios estudios demuestran que el contacto físico gentil contribuye a tranquilizar a los bebés y disminuye la tensión. Esto es importante porque un bebé tranquilo puede asimilar las imágenes, los sonidos, las texturas y los olores a su alrededor. Entre más experiencias pueda tener su bebé, más conexiones podrán estimularse en su cerebro.
Lo que están descubriendo los proveedores de servicios de salud
Muchos proveedores de servicios de salud están descubriendo que masajear a los pequeños estimula la curación y el crecimiento. Si su bebé nació prematuramente, o con poco peso, el contacto físico frecuente le ayuda a ganar peso y contribuye a estimular su apetito. Esto lo habilita a adquirir peso más rápido y crecer. Si a su bebé le dan cólicos, el tacto puede contribuir a mitigarle el dolor y hacerle sentir más a gusto. Un bebé con necesidades especiales, como un problema del corazón, podrá recuperarse mucho más rápido si recibe masajes frecuentes de un experto. Además, esta persona podrá enseñarles a ustedes a hacerle dicha clase de masaje a su bebé.
Lo que ustedes pueden hacer
Dediquen un tiempo diariamente para acariciar a sus bebés. Háblenle a su bebé a medida que le acarician los brazos, las piernas, la espalda, el abdomen, los pies y los dedos. Por ejemplo: “Te estoy acariciando tus piernas y ahora tus brazos”. Hablarle a los bebés cuando se les toca les ayuda a aprender las partes del cuerpo.
Para los padres también es de suma importancia tocar, cargar y acariciar a sus bebés. Entre más tiempo pasen los padres con sus bebés y los carguen, más fuerte el lazo que se forjará y más a gusto se sentirán con ellos.
Dediquen un tiempo a descubrir lo que le gusta a su bebé y mantengan presente que cada niño es diferente. Algunos son sensibles al tacto y reaccionan mejor al ser envueltos en una manta y al ser mecidos. Otros necesitan que se les toque con suavidad. Otros, sin embargo, reaccionan mejor si se les toca con firmeza. Observen de qué manera reacciona su bebé a los diferentes tipos de contacto físico. ¿Qué es lo que parece tranquilizarle? ¿Qué le hace sonreír? ¿Qué le molesta? Pero no se preocupen si su bebé no les responde como ustedes esperan.
Muy pronto descubrirán la clase de contacto que su bebé prefiere. Los pequeños nunca superan la necesidad de ser tocados suavemente y con frecuencia. El contacto físico contribuye a que sus hijos se sientan seguros y tranquilos, de manera que puedan continuar creciendo y aprendiendo. Además, a ustedes también los beneficiará el tocar y abrazar a sus bebés, ya que al expresarles su amor de esta forma, ustedes sentirán una cercanía especial. Incluso podrán sentir que ustedes mismos se sienten más tranquilos y saludables. El contacto físico gentil estimula el cerebro infantil y forja un lazo entre los padres y sus hijos.
La danza social
Al jugar con sus hijos ustedes les enseñan sobre el dar y el recibir que constituye las relaciones con los demás. Esto es lo que los expertos llaman la danza social. Ellos hacen algo y ustedes reaccionan. Ellos lo hacen de nuevo y ustedes repiten el sonido o la acción que ellos realizaron. Esta pequeña danza continúa hasta que los pequeños se cansan y se voltean o cierran los ojos. Así, nos hacen saber que ya no desean jugar más. Este es el momento de detenerse. En muy corto tiempo, son los pequeños mismos quienes inician el juego y quienes les invitan a ustedes a participar.
Los siguientes son unos cuantos ejemplos de cómo tiene lugar esta danza social.
• Al cargar a su bebé, abran la boca y muevan la lengua. Ellos les observarán y luego les imitarán. Continúen haciéndolo mientras los pequeños sigan interesados.
• Su bebé dice: “pa-pa-pa”. Ustedes le miran y repiten el mismo sonido y esperan a que vuelva a decirlo. Continúen haciéndolo mientras su bebé siga interesado.
• Ustedes se cubren los ojos con las manos y reaparecen diciendo con entusiasmo: “¡Aquí estoy!”. Ellos hacen lo mismo y chillan de gozo.
• Ustedes agitan un manojo de llaves y el pequeño trata de agarrarlo. Así se estimula el interés de los pequeños por explorar el mundo a su alrededor.
• Un bebé se siente fascinado por una pelota roja brillante. La hace rodar y ustedes se la devuelven. Este juego puede durar varios minutos. A medida que los pequeños crezcan y desarrollen nuevas destrezas los buscarán a ustedes para que jueguen con ellos. Al jugar juntos ustedes les enseñan a sus hijos a dar y recibir, que es lo que constituye relacionarse con los demás.
Nuestra recomendación es que dediquen un tiempo todos los días para hacer algo similar a lo siguiente:
• Jueguen juegos imaginarios, como hacer un picnic, jugar a la escuelita, hacer una gran fiesta, llevar la muñeca al doctor, apagar un incendio imaginario, o construir una gasolinera para automóviles.
• Pídanle a su pequeño que les ayude con sus tareas como preparar la comida o separar la ropa lavada.
• Salgan a caminar y coleccionen hojas y semillas, cuenten automóviles y hablen sobre los colores.
• Lean juntos y cuéntenle cuentos.
• Hablen sobre lo que hicieron durante el día.
• Vayan a un parque infantil y jueguen juntos con arena.
• Hagan un álbum familiar y hablen de las fotografías.
• Jueguen juegos de mesa.
Si los niños no responden como se espera
Algunos niños, a causa de algún impedimento o necesidad especial, no responden como sus padres lo esperarían. Los pequeños pueden ser demasiados sensibles al tacto y no desear que se les cargue. Además pueden llorar mucho, o no mirar a la persona que les habla. Si esto ocurre con su pequeño, es sumamente importante no sentirse culpable, ni hacer sentir culpable al niño.
Es probable que exista un problema que pueda ser identificado por un especialista. Si ustedes perciben algo que no parezca normal, hagan una lista de sus preocupaciones y cuando hablen con el pediatra de su hijo preséntenle la lista. Continúen consultando hasta que alguien les ofrezca una respuesta. Algo sumamente importante es confiar en ustedes mismos. Si sienten preocupación, consúltenle a un profesional que tenga en cuenta sus preocupaciones y que les ayude a comprender lo que sucede.
Si su hijo es mayor de tres años, ustedes pueden comunicarse con su distrito escolar para solicitar ayuda. En la mayoría de las comunidades existen servicios de intervención oportuna. Si su sistema escolar no ofrece estos servicios, alguien allí o su proveedor de servicios de salud podrá remitirlos a quien los ofrezca. Si existe algún problema y se identifica oportunamente sus hijos podrán recibir la ayuda que necesitan.
El hablar y escuchar
Lo que saben los científicos
Los científicos han descubierto que el período mas crítico para que el cerebro establezca las conexiones necesarias para el lenguaje es durante los primeros tres años de vida. Entre más palabras escuchen sus hijos, más palabras comprenderán y aprenderán. Además, es probable que aquellos niños que al cumplir cinco años saben y usan muchas palabras se conviertan en buenos lectores.
Qué clase de conversación cuenta
Los niños adquieren el lenguaje con las personas que les hablan y les escuchan, no con la televisión. Lo que cuenta es hablarles bastante. Díganles en voz alta lo que estén haciendo y utilicen diferentes palabras para decir lo mismo. Por ejemplo: “¡Mira, qué perro tan grande, es enorme, es gigantesco!”.
Tengan en cuenta que decirles: “No toques eso” y “No hagas eso”, no le enseña tanto a un niño como una buena conversación. En lugar de ello traten de ser positivos y de usar muchas palabras. Por ejemplo: “Vamos a buscar con que jugar. Podemos jugar con esta pelota roja. Yo la hago rodar y luego tú me la devuelves”.
En algunas familias, los padres o los parientes hablan dos idiomas distintos y los padres se preguntan cual de ellos deben usar con sus hijos. En la investigación en este campo se ha concluido que los miembros de la familia deben hablarle a sus pequeños en el idioma que hablen mejor, pues los niños necesitan escuchar un lenguaje claro. Además, los pequeños que escuchan dos idiomas desde su nacimiento pueden adquirir ambos idiomas a la vez.
Autores: Diane Trister Dodge, Cate Heroman

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.